28 sept 2009

El retroceso de los glaciares, desde el espacio





Definitivamente, cada vez es más difícil para la Tierra ocultarnos sus secretos. Centenares de satélites equipados con cámaras de alta resolución peinan continuamente el planeta en que vivimos y nos muestran hasta sus rincones más recónditos. He aquí una prueba de ello: algunos de los últimos glaciares, diez, entre los más más bellos y espectaculares que nos quedan, vistos desde el espacio. En la imagen de arriba, el Glaciar Grey, en Chile, en una reciente imagen obtenida por los astronauras de la Estación Espacial. Durante los últimos diez años, el glaciar ha perdido más de la mitad de su superficie.



Con movimientos muy lentos, que se aprecian en una escala de siglos, incluso de milenios, los glaciares van modelando el aspecto de la superficie terrestre. Excavan valles, esculpen montañas, inventan lagos... y son, además, uno de los mejores indicadores para comprobar el estado del clima, tanto presente como pasado. De hecho, entre sus hielos quedan continuamente atrapadas burbujas de aire que, al ser recuperadas por los científicos, muestran, como en una instantánea, cómo era el clima hace cientos, miles o decenas de miles de años.

A lo largo de la historia geológica de la Tierra, los glaciares han crecido, fluido, rellenado y vaciado valles, disminuído y hasta desaparecido al ritmo que las cordilleras se levantan y el clima cambia. Hoy, y precisamente a causa de un cambio de clima (esta vez provocado por el hombre), los glaciares están desapareciendo casi de todas partes. En apenas un siglo, la mayor parte de ellos se ha esfumado, dejando de cumplir sus importantes funciones.

He aquí una muestra de diez de los más hermosos que aún nos quedan. Están fotografiados desde el espacio y constituyen, aparte de su belleza espectacular, una valiosa herramienta para la Ciencia.

Glaciar Bering, Alaska

Es, con sus más de tres mil kilómetros cuadrados de hielo y sus doscientos km de largo, el mayor glaciar de Norteamérica. Y ello a pesar de que durante las últimas décadas no ha hecho más que retroceder y perder metros enteros de espesor. Los geólogos creen que el adelgazamiento de los glaciares de Alaska, como el Bering, está reduciendo mucho la presión sobre los bordes de las placas tectónicas que tienen debajo, lo cual se traduce en un aumento de terremotos en la región.





Continua...

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